100

Con ésta van ya cien entradas y me siento orgulloso porque, por una vez, he conseguido mantener una actividad escogida por mí (no impuesta) al menos un centenar de veces. Atrás quedan mis intentos de hacer gimnasia, de aprender chino, sueco, italiano (con el francés estoy ahora) por mi cuenta, de montar partidas de rol, de escribir algún cuento, de aprender de vinos ... ¡En fin!

Sin embargo, estas 100 entradas me dejan un sabor agri-dulce. No sé, no le veo yo futuro a ésto y no me refiero al económico, si no más bien a la satisfacción personal. En bastantes fregados ando siempre metido como para hacer algo sin un objetivo definido. Supongo que, en el fondo, siempre busco una utilidad a las cosas que hago. A veces pienso que hablar de todo y nada no lleva a ninguna parte mas que al olvido.
Ya me he planteado varias veces dedicar el blog a algo en particular, que sirva de referencia, de punto de encuentro y de discusión para los interesados. ¿Qué tal un blog sobre premios literarios, sobre exposiciones fotográficas o sobre juegos de mesa que son algunas de mis pasiones? ¿Qué tal algo más práctico como escribir sobre la influencia de la web 2.0 en la ciencia y la investigación de la que hablé hace unos días? No sé, no sé...

Algunos bitacoreros con solera ya se han hecho esta pregunta. Os dejo con la reflexión de Nacho, el padre de La Huella Digital.


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