Y no me estoy refiriendo a los sirvientes públicos sino a los de la medicina privada, que ya tiene delito. Resulta que me citan a las 8:00 de la mañana para hacerme un escaner y no me han llamado hasta las 9:15. ¡Me cago en su calavera!
A pesar de tener la línea 6 de metro rota, llego puntual a mi cita y no hay nadie para atenderme hasta pasadas las 8:15. Por fin me toman los datos, me hacen firmar el consentimiento de la prueba y me hacen esperar una hora, yo diría con toda seguridad, por sus cojones. La conversación entre las de admisión no tiene desperdicio y entre puya y puya empiezo a comprender el por qué de la tardanza. Resulta que se estaban haciendo las remolonas para ver quién iba a encender el escaner. A eso de las 8:45, una de ellas, muy mal humorada, se levanta y le dice a las otras que ésto se acabó, que habrá que hacer turnos porque a ella le toca siempre. Pónganle 30 minutos para que se caliente la máquina (Te dicen que debes estar allí a las 8:00 pero te advierten que la prueba no es hasta las 8:30) y hagan cuentas. ¿Me he cagado en su calavera ya?
Pues no acaba aquí la cosa porque me llevan a la sala, me hacen desvestirme y me dejan en pelotas 30 minutos para una prueba que no debería durar más de 10. Un enfermero o celador o lo que sea me dice que me desvista, luego llama a una enfermera para que me ponga la vía, la enfermera tarda pero llega, me ve con cara de perro y me pregunta que si estoy nervioso. ¡Su *** madre! Luego para quitar hierro al asunto me dice que si soy cura, ¡no te jode!, que le recuerdo al de su parroquia.
Me va a pinchar, ¿qué brazo?, el izquierdo, por favor. Se pone en el derecho y antes de incar se da cuenta que le he dicho que me pinche en el otro brazo derecho. Se vuelve al otro lado de la cama otra vez.¿He dicho que en la sala hace un frío considerable?.
Mea Culpa que el primer pinchazo en el antebrazo no le sirva, así que tiene que explorar más abajo. La verdad, la enfermera es buena pinchando, pero si de algo hay que repetir, prefiero las torrijas. La aguja es larga, las venas en el reverso de la mano cortas, así que me deja el invento medio colgando. No ha terminado con el andamiaje y el enfermero/celador del principio (que también me conocía ¿?) le avisa que tiene una llamada. La enfermera grita: No ves que estoy con una vía. Yo pienso para mis adentros: No ves que está ocupada con una vía.
Parece que ya estamos listos salvo porque les escucho que hay que "limpiar" la vía. Esto es tarea del enfermero pero en ese momento le suena el móvil y desaparecen de la sala los dos.
A los minutos llega otra enfermera, ¿por dónde íbamos? A sí, voy a engancharte el contraste; Uuuhhh, esta vía está cogida por los pelos; venga un poco más de esparadrapo. Mi ignorancia le pregunta si no hay que limpiar la vía. ¿Limpiar la vía?, me pregunta. No, eso se hace después. ¿Pero han probado que la vía está bien tomada con suero?. No que yo sepa. Total, que me inyecta el suero, se prueba y todos tan contentos.
Venga, estamos listos. Si cuando te inyecte el contraste te duele me avisas, pero sólo si te duele porque molestias siempre vas a notar cuando entre el líquido. Y yo me pregunto: ¿alguien sabe como se diferencia una molestia de un dolor? ¿dónde está la frontera?. Pues pronto lo voy a saber cuando me avisa que activa el contraste y siento que la muñeca me va a estallar. Ésto no es lo que yo había sentido la vez anterior, ni mucho menos, además con los problemas que hemos tenido con la vía seguro que el contraste se está esparramando por todo el interior de la mano. ¡Enfermera, ésto me duele!. A ver, no, pues ésto está bien, no te preocupes. Lo único es que tengo que volver a ponerte el contraste... (porque con mi aviso ha parado la medida). ¿Preparado? Allá vamos otra vez. ¡Joder! No me había equivocado, esto duele como su puta madre.
Bueno, ya hemos terminado. Vamos a quitarte la vía... ¡pero bueno! se les ha olvidado poner el tapón a una de las entradas y se está saliendo ésto. ¿Dónde hay un tapón? No hay cosa que manche más que la sangre. A ver, no te muevas, espera a que te limpie.
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En fin, de todo ésto hace ya dos horas y supongo que se me habría pasado si no fuera porque me han dejado el segundo brazo derecho brazo hecho polvo, porque me encuentro revuelto y porque para volver, un conductor de la MT ha considerado que la manera más directa de llegar a Madrid desde Aravaca es haciendo una excursión de 20 minutos por ésta última. Por cierto, las línea 6 sigue rota. ¡Putos incompetentes!