¡Extraña sensación andar de vacaciones por casa! Momento perfecto para dedicarme a una de mis aficiones: los juegos. Son muchos y muy buenos algunos de los que tengo pero, con hijos pequeños mediante, tengo que conformarme con algo sencillo y rápido. Así que encima de la mesa del comedor llevan rodando dos días el Onirim y el Ponte del Diavolo.
El primero es un juego de cartas para 1 o 2 jugadores, a grosso modo, con 4 palos y 3 figuras repetidas varias veces en cada palo. El objetivo: hacer 2 tríos de cada palo, antes de que se acabe el mazo de cartas. Me gusta porque trae algunas ideas nuevas a los juegos de cartas y porque puede servir como sistema de cartas para nuevos juegos. Por unos 7€ en Amazon.es, una buena compra.
El segundo, un juego abstracto para 2 con 40 fichas blancas y otras tantas negras, que se juega en una retícula de 10*10. El objetivo, hacer "islas" de 4 fichas que son las que al final del juego puntúan y evitar que el contrario las haga. El "twist" viene con la introducción de puentes que sirven para unir las islas y así conseguir mayor número de puntos, cerrando a su vez las opciones del contrario de puntuar. Este juego, que no es fácil de conseguir, tiene la ventaja de poderse fabricar por poco dinero: el tablero es una simple impresión; los puentes pueden ser palillos; las fichas, yo las he sacado de un par de salvamanteles de mosaicos de los Chinos.
Me parece que más que navidades, los catamos en verano.... que apañossss
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