Aunque me hubiera gustado charlar largo y tendido con la dueña, Cristina, sólo tuve la oportunidad de preguntarle por su valoración de los 35 años con la tienda. Me alegró escuchar que su balance había sido positivo. Según sus palabras, ha sido una tienda singular por muchos años, que ha conseguido crear y mantener una clientela que les ha permitido vivir en los buenos y los malos momentos económicos. Cierta nostalgia al tener que cerrar; una pena no haber podido traspasar el negocio (me decía que ahora nadie quiere una tienda); pero encantada de jubilarse que ya se lo había ganado!!
En resumen: que hay gente que puede llegar a vivir haciendo lo que le gusta!! Así que, no perdáis la esperanza!!
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