La demagogia es, según el Diccionario de la Real Academia, la práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular. Posiblemente estemos hablando del hallazgo más temprano en toda la historia de la oratoria política. El halago no precisa de una depurada técnica, vale cualquiera, tan sólo es necesaria una audiencia suficientemente sensible a la adulación, ya sea por vanidad, ya sea por necesidad o por ambas cosas en feliz conjunción con la estupidez. Sabemos que el halago debilita al que lo recibe y lo asume, porque cae en una red invisible lanzada por el adulador, que lo convierte en vasallo de sus deseos.
viernes, agosto 28, 2009
Cuánto demagogo suelto
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Tampoco va a ser todo dorar la pildora, pero unas palmaditas en la espalda son buen empujon.
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