No sabría explicar la sensación que me produce descubrir/aprender cosas nuevas, pero os aseguro que la vida me va en ello.
Y es tan sencillo como quedar fascinado por
leer que a alguien, en algún lugar del mundo, se le ocurrió hacer una rifa donde los participantes compran boletos con el día, la hora y los minutos en que creen que el coche viejo del pueblo, puesto encima de un lago helado, va a ser engullido por las aguas.
A mi me parece pura poesía.
Pues si que hay que darle si. Aunque estos están como cabras… mira lo de las peleas de vagabundos… En fin todo sea por cultivar…
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