No hay que ser un lince (y van quedando pocos) para darse cuenta de que hay muy, muy pocos sueldos capaces de afrontar la compra de una vivienda. Puesto que la gente tiene que vivir en algún sitio, y al ser posible en una vivienda digna, se verán empujados a trabajar mucho y mal, a no declarar, a torear a hacienda, a los ayuntamientos y a los acreedores, a engañar a los clientes, al dinero negro..., en definitiva, a estar más dispuestos a los chanchullos, a la pillería, a estafar, a pensar en uno mismo y a enterrar la conciencia social.
Así, el precio desorbitado de la vivienda, que sólo favorece y lucra a unos pocos, acarrea males y dolores de cabeza a todos y nos llevará a una situación insostenible en la que nada importa más que la supervivencia de uno mismo, a que lo podrido se extienda como la peste y al fatídico "sálvese quien pueda".
¿No se dan cuenta de ésto los políticos y los propios especuladores?
Soy pesimista, pues para mi asombro y mi pesar, poco o nada han hablado en campaña los políticos de turno de solucionar el espinoso tema de la vivienda.
¡Vayan abandonando el barco que por este lado se hunde!
V de vivienda
Por una vivienda digna
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Se me de uno que le ha tocado presidente de mesa y no piensa votar. Quien será?????
ResponderEliminarTe acuerdas. Pero tío chuso 30 kilos en una casa a donde vassssss. Jejejee
Pasa la vidaaaaa, pasa la vidaaaaaa
todos debajo de un puente yaaaa!!! La cosa está muy malita amigos muy malita aunque es verdad que algunos hemos tenido suerte.
ResponderEliminar¡Ya está bien de confundir lujo con necesidad!