- No ha de ser por dinero que, Paul Wolfowitz, el presidente del banco mundial lleve los calcetines de esta guisa. ¿Estaría dando ejemplo de economía espartana? A través de los agujeros yo prefiero ver un hombre sin tiempo para preocuparse por esas cosas y sin una mujer que le azuce con 'No te he dicho cientos de veces que tires esos calcetines ya'.
- En cuanto a lo de la sosa cáustica: ¡no tiene desperdicio! En un pueblo de Madrid, Sevilla la Nueva, los operarios del ayuntamiento confundieron/mezclaron la sal con sosa cáustica y fueron esparciéndola por toda la ciudad para evitar las heladas. Resultado: quemaduras a unos 20 niños y unos cuantos perros con las patas abrasadas. ¡Para llorar!
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Lamentable!!
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