Escribía Javier Marías que "No debería uno contar nunca nada" y estoy de acuerdo con su personaje, Jaime Deza, aunque lo decía por motivos distintos a los que dan lugar a esta entrada. En mi opinión, "uno no debería contar nada" porque no hay nadie que quiera escuchar nada. Parece que todos tenemos la necesidad, el derecho y hasta la obligación de contar, de compartir sus ideas, de imponer su punto de vista, de ser protagonistas, de vendernos la moto... Y somos tantos y lo hacemos de tantas maneras (por teléfono, en el café, en las escaleras, por la radio, por la televisión, mediante los periódicos, los libros, las películas...) que se nos quitan las pocas ganas de escuchar que nos quedan y dedicamos los pocos minutos que empleamos a ello en recuperarnos del griterío ensordecedor.
¿Para qué contar si todo el mundo tiene su historia y nadie escucha?(Foto de Rodrigo Vera)
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Todo lo que al otro le pueda interesar, claro que si; se puede contar.
ResponderEliminarAunque esta la gasolina, pa´pocas motos. Jejeje.
Totalmente deacuerdo!!!
ResponderEliminarYa lo hemos hablado con anterioridad pero es una cosa que cada vez se acusa más, creo.
Es realmente dificil encontrar personas que sepan escuchar,(=no oir) una condición necesaria mínima esta, para que pueda existir diálogo y por ende entendimiento.
Asi nos va.