Erase una vez un pobre infeliz al que se le ocurrió cambiarse de compañía de teléfono. Quería contratar internet y su distribuidor en aquellos momentos no le ofrecía nada que le convenciera. Así que se pasó un par de días recavando información y terminó decidiéndose por TELE2. La oferta no era mala y aunque le obligaron a coger una que no quería (para pasarse a TELE2 tenía que contratar obligatoriamente el ADSL de los 20 Megas) le juraron y perjuraron que en tres meses podría cambiarse al ancho de banda que quisiera. Después de la espera habitual y una semana sin teléfono, llegó el instalador, dejó todo montado y le indicó que por motivos de distancia con la centralita las pruebas de velocidad eran más bien malas (271kb bajada y 63kb subida). ¡En fin!- pensó el protagonista de nuestra historia - Aguantaré los tres meses que me piden y luego cambiaré a ADSL de 1 Mb. Total, para mirar el correo y leer noticias...
Los tres meses pasaron (con serias dificultades para entender las facturas que llegaban) y un día se decidió a llamar al teléfono de atención al cliente. Cuál fue su sorpresa cuando le indicaron amablemente que si quería bajar de ancho de banda tendría que cancelar el contrato actual y abrir uno nuevo, lo que le supondría un coste de 30 € por su cara bonita. El indignado protagonista les explicó que cómo era posible que tuviera que pagar si su conexión estaba limitada por las propias instalaciones de TELE2. De nuevo con mucha amabilidad le sugirieron que llamara a un 902 para ver si el servicio técnico le podría solucionar el problema con la conexión de modo que, en caso de no poder mejorar el ancho de banda, le reducirían en contrato a la tarifa que más se adecuara al servicio realmente prestado. Verdaderamente enfadado, el protagonista le señaló a la telefonista que se negaba a llamar a un teléfono de pago por un problema que, entendía, era de la compañía. La amable telefonista le dijo que para tener gratuito el servicio técnico sólo tenía que contratar un servicio anual de mantenimiento. ¡Me cago en su estampa!- penso para sus adentros el infeliz cliente y ahí acabó la conversación.
Esta misma mañana nuestro protagonista, harto de hacer el primo y pagar por un servicio muy inferior al contratado, se decidió hacer de tripas corazón y pagar la llamada al servicio técnico. Dejando a parte el hecho de que, el supuesto técnico, trabajaba en casa y su madre le estaba echando una bronca de campeonato, el cliente va haciendo paso a paso las gilipolleces que suelen pedirte que hagas para que gastes más teléfono (y que luego repiten ellos) y se entera de que su conexión ha mejorado: en la prueba del test de velocidad su ordenador le informa de que ahora tiene un ancho de banda de 5 Megas de bajada y de 266kb de subida. Pero ¿qué hay de los 20 Megas que tengo contratados?. El técnico, después de contarme la milonga de que si el ordenador va más despacio que el router (¿?), me dice que estos son lentejas: el contrato de TELE2 promete hasta 20M, así que, si a penas llegas al 25%, ese es tu problema.
Y yo me pregunto, si ese es el sistema, ¿por qué no hacen contratos de hasta 50 Teras!? Total, si sólo consigues 5M.
Moraleja:
1 - Si puedes evitar contratar cualquier cosa con estos impresentables, mejor que mejor.
2 - Para la acidez de estómago es aconsejable cagarse en la puta padre que parió a las compañías de internet y en la de todos los responsables públicos que permiten esta mierda.