La verdad que da título a esta entrada no se me ha revelado hasta hace unos días que cumplí los 33. Fruto de la reflexión y situación personal (¿me tomé la pastilla roja?), echa por tierra mi anterior planteamiento vital de "cambiar las cosas mansamente desde dentro". Y es que ahora me parece trivial entender que la sociedad en la que vivimos (con esto me refiero al sistema montado por los que reparten el bacalao) no te va a proporcionar las herramientas para que la modifiques. Al contrario, bien se cuida de que sus leyes y su filosofía perduren (para el "bienestar" de los mismos y para la "seguridad" de todos). Cada vez soy más consciente de que el mayor peligro, la mayor limitación para el hombre es aceptar sin pensar lo ya establecido. Es una tarea en extremo difícil, empezando porque no nos damos cuenta de lo que implica lo cotidiano, de todo lo que asumimos sin digerir ... ¿Por qué ir a la escuela? ¿por qué las ciudades se diseñan para los coches? ¿por qué dependemos del petroleo? ¿por qué la tele-basura? ¿por qué sanidad a meses vista? ¿por qué para triunfar has de tragar barro y hacer una carrera?
Creo que hay que romper con las ataduras del conformismo, crear otras alternativas cuando las que hay no nos gustan. Rebelarnos contra las sociedad nos hará pagar el precio de no tener un sueldo, un trabajo fijo, un lugar debajo del "manto protector"... Aceptar sus reglas y vivir anestesiado en la comodidad de la monotonía, o echarse a la tormenta, al desasosiego que trae la incertidumbre de sentirse vivo. Esa es una de las elecciones que cada uno ha de hacer.
Yo ando buscando mi lugar entre los dos extremos.
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Creo que hay hueco entre los extremos, hay sitio para hacer una propuesta y lucharla y que la lucha te proporcione un éxito parcial en eso que demandas y un modo de vida.
ResponderEliminarMe ha gustado este post y creo que puede ser provechoso, aunque yo no comparto todo lo que dice, que eches un ojo a un capítulo [pdf] que Santiago López Petit (prof. de Filosofía de la Uni. de Barc.) escribió para Panel de control.
Hay una idea interesante, y polémica: el sentido común es utilizado a veces para perseverar cosas que habría que desarmar y reinventar. Propone una lucha contra "el sentido común", y lo veo discutible porque a veces también nos ayuda a impedir nuevas barbaries (el sentido común nos obliga a compartir, el nuevo ecosistema artificial de escasez intelectual obliga a restringir la copia).
Al menos es recomendable, el tío es todo un personaje. Estuvo en Málaga dando una conferencia en el centro okupa (donde mismo la dio stallman, jeje) y luego estuve charlando con él.
Buenísima entrada Tío Chuso. De esas que abren boca cojonudamente bien ó degustas como postre…(para la próxima Kedada).
ResponderEliminarMe quedo con la idea de que es Smith quien nos da la pastilla roja, tenemos que tomarla, es parte del entrenamiento para pasar al “lado oscuro”, jejeje. Cuanto más te resistes más cerca estas.
No me fío de mi instinto. A los abuelos les molaban rollizas….